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El Pinsapo como árbol nacional andaluz


X CONGRESO SOBRE ANDALUCISMO HISTÓRICO.
RONDA 27 – 28 – 29 DE SEPTIEMBRE DE 2.001
FUNDACIÓN BLAS INFANTE
Comunicación : El Pinsapo como árbol nacional andaluz.
Autores : Andrés Rodríguez González y Rafael Flores Domínguez
Ponencia: El Pinsapo como árbol nacional andaluz.

                 
Fotos: José Guerrero

 Introducción:
 El pinsapo es un árbol majestuoso cuya sola presencia justifica la existencia de los Parques Naturales de Grazalema y el de La Sierra de Las Nieves y un espacio con otra figura de protección: Los Reales de Sierra Bermeja.

 Es el árbol emblemático de la Serranía de Ronda en su sentido más amplio, superando los límites provinciales y, ¿ por que no?, de toda Andalucía; en estado natural sólo existe en el norte de Marruecos formando un pequeño bosque en las cercanías de Xauen (se discute aún sobre si se trata de la misma especie o no) y  en comarca donde nos encontramos, en tres masas boscosas que son: Los Reales de Sierra Bermeja entre Estepona, Genalguacil y Jubrique; en la Sierra del Pinar entre Grazalema y Benamahoma y en la Sierra de Las Nieves entre los municipios de Parauta, Ronda, El Burgo, Yunquera y Tolox.

Biológicamente los pinsapos son abetos y pertenecen al grupo de las gimnospermas o plantas sin flores verdaderas, como los cedros,  pinos y cipreses por solo citar los más conocidos. Necesitan alta humedad y laderas de umbría o suelos que retengan una cierta cantidad de agua. Es un árbol que puede alcanzar los 25-30 m. de altura en el campo, en jardines puede llegar a ser más alto. La forma de la copa es cónica, muy perfecta, con ramas desde la misma base del tronco cuando se encuentra aislado. La copa es densa y oscura observándose a veces individuos azulados mezclados con la masa principal; las raíces son gruesas y largas, a veces muy superficiales. El tronco es recto y cilíndrico, en los individuos viejos se presenta irregular y retorcido perdiendo completamente su forma piramidal. Las hojas tienen forma de aguja, rígidas y algo punzantes, una hoja puede llegar a vivir hasta 15 años, la edad máxima entre todas las gimnospermas. Son árboles que presentan los dos sexos en el mismo individuo, es decir, son machos y hembras a la vez, pero para evitar la autofecundación, las piñas femeninas están en la parte alta del árbol y las masculinas en la parte media. Producen unos pequeños piñones en forma de cuña que caen al suelo al desintegrarse la piña en Otoño, tienen una pequeña ala membranosa que les ayuda en la dispersión por el viento.

 Distribución:
 Aunque pueda parecer raro, alrededor del Mediterráneo viven nueve especies de abetos que son el residuo de los extensos bosques de coníferas que existieron  en esta zona hace unos 20 millones de años, antes de retirarse los hielos en el cuaternario. Una de esas especies es el Abies nordmanniana  que habita en las montañas del Cáucaso, sin duda es el origen del extendido error sobre la existencia de pinsapos en los Montes Urales,  confundiendo este otro abeto con el pinsapo y los Urales con el Cáucaso.


 El más emparentado con nuestro pinsapo es el Abies numidica o abeto de Argelia, vive en la atormentada región de La Kabilia lo que explica el desconocimiento que de esta especie se tiene. Ninguna de las especies de abetos circunmediterráneos forma extensos bosques como los que existen en el norte de Europa o Canadá.
 El pinsapo necesita condiciones de humedad altas, más de 1.000 litros por metro cuadrado y año, veranos cortos y temperaturas medias inferiores a 12 grados, suele vivir en las umbrias de las laderas con fuerte pendiente, entre los 1.000 y 1.600 metros de altura, es bastante independiente del tipo de suelo, en los últimos tiempos está conquistando laderas orientadas a la solana pero siempre que los suelos puedan retener agua en cierta abundancia, en condiciones naturales crece tanto en rocas calizas como en las rocas magmáticas.
 Forma tres masas boscosas en la Serranía de Ronda; en la Sierra de Las Nieves ocupa una gran extensión, cerca de 3.000 hectáreas de pequeños y separados bosques en forma pura o mezclado con otras especies, en esta zona se encuentra en plena expansión;  en la Sierra del Pinar de Grazalema ocupa unas 500 hectáreas formando un bosque único, en la Sierra Bermeja apenas ocupa unas 70 hectáreas y se encuentra en retroceso quizás influido por el clima costero cercano o por que este pequeño pinsapar ha sufrido importantes incendios que lo han dividido actualmente en tres pequeños bosquetes.

 Descubrimiento:
El descubrimiento para la ciencia se debe a los farmacéuticos malagueños Haenseler y Prolongo que mostraron en sus herbarios ramitas de pinsapo al botánico Edmond Boissier, de Ginebra, que visitó la ciudad de Málaga en 1.837. En Estepona tuvo ocasión de ver pinsapos con sus propios ojos pero sólo en otoño y compañado en una excursión científica por sus amigos Haenseler y Prolongo llegó a identificar el árbol a través de sus piñas como perteneciente al genero Abies. Nada mejor que las palabras de E. Boissier recogidas de su libro "Voyaje Botanique dans le midi d´Espagne" para describir la emoción del momento: ...muy cerca de allí, el guía nos enseño desde lejos el primer pinsapo; dando gritos de alegría corrimos llenos de emoción, pero por desgracia el árbol no llevaba ningún fruto, un segundo, un tercero me dieron sucesivamente falsas esperanzas, al fin tuve bastante suerte y vi uno cuyas ramas superiores estaban cargadas de conos erguidos. Nos apresuramos a trepar para recogerlos y ya no quedaron dudas sobre el género de está árbol singular. Era ciertamente un Abies próximo a nuestro abeto común... Boissier publica el descubrimiento en un revista al año siguiente y le da el nombre científico por el que es conocido, Abies pinsapo. En la zona es conocido popularmente tambien con el nombre de pinzapo.


 Antes pudo ser conocido por Simón de Rojas Clemente y Rubio, el sabio moro, que estuvo herborizando por la Serranía, aunque no se tiene constancia escrita de ello.
 La primera cita del pinsapo data del año 1.754, cuando se hace un inventario de los árboles existentes en los baldíos, dehesas reales y montes de los pueblos adscritos a la marina. En los montes públicos de la Serranía de Villaluenga (hoy Grazalema) se localizan un total de 1.195 pinsapos. Relaciones de la misma época contabilizan también 3.000 pinsapos “nuevos” en la comarca de Genalguacil-Estepona y 150 en Casares. Curiosamente no se cita en la Sierra de la Nieve.


 Pocos años después, en el año 1.775, Guillermo Bowles en su libro “Introducción a la Historia Natural, y a la Geografía Física de España”, lo cita con el nombre de Abetes.
 La actuación humana:


 Se conocen abundantes referencias sobre la evolución del pinsapar desde la segunda mitad del siglo pasado hasta la actualidad, antes de esa fecha se tienen pocos datos. La leyenda de que los mástiles de la Armada Invencible eran de pinsapo, aunque extendida en la Serranía, no está confirmada; además la madera de pinsapo es de mala calidad ("eres mas malo que la madera de pinsapo" se dice en la zona), si se tiene constancia escrita que para la armada que debía llevar a Felipe II a Inglaterra en 1.554, se habían adquirido 98 docenas de tablas de pinsapo que se usaban para las  divisiones de compartimentos interiores en los buques (comunicación verbal de Julian de Zulueta).


 Hasta el siglo pasado la extracción de madera de pinsapo debió ser poco importante por las dificultades de comunicaciones; sin embargo a  nivel local e intracomarcal si era bastante utilizado; los carboneros, la minería, las actividades de los pozos de nieve,  el sobrepastoreo y los incendios llevaron a esta especie a una situación próxima a la desaparición. Así, Antonio Laynez, en 1.868, calculaba que en la Sierra de La Nieve no habría más de 26.000 pinsapos y casi todos viejos.


 Se tiene referencia de la corta de pinsapos en las fincas de Berranga y Las Tablas en la Sierra de Las Nieves, para utilizar su madera en las traviesas de la línea ferroviaria Algeciras Bobadilla en los años treinta del siglo XX. Estas fincas eran limítrofes con los de Propios de Ronda. Aun se pueden ver pequeños rodales de pinsapos salvados de la tala en los alrededores del Cortijo de Berranga y del carril del Sabinal. Se comenta que antiguamente los jovenes de Yunquera cuando cortejaban a una señorita, le traían como prueba de amor, un tronco de pinsapo, mientras más grande mejor; por suerte estas costumbres no se llevan a cabo hoy en día.
 Un análisis más detallado de la influencia humana sobre los pinsapar se puede encontrar en el libro de los dos autores sobre la Sierra de Las Nieves.


 A raíz del descubrimiento del pinsapo para la ciencia comienzan las primeras iniciativas para la protección de esta especie; estableciéndose a finales del siglo pasado los primeros guardas del pinsapar de los Montes de Propios de Ronda que sobre todo se encargan de hacer cumplir a los arrendatarios de los pastos, la nieve y el esparto, las condiciones de los contratos.


 En el año 1945, los terrenos de las tres cañadas sobre las que se extiende el pinsapar de Ronda, propiedad municipal, fueron adquiridos por el Estado por una cantidad superior a los diez millones de pesetas, un precio muy alto para la época; en realidad, se trató de una condonación de la enorme deuda que el municipio tenía en aquel tiempo.


 Los pinsapares de Grazalema y Sierra Bermeja sabemos por la bibliografía que no estaban en mejores condiciones que los de la Sierra de La Nieve; en el libro "Descripción Geográfica y Geológica de la Serranía de Grazalema" de 1.917, Juan Gavala y Laborde escribe textualmente "... y a los ojos del viajero ofrecen triste espectáculo los miles y miles de pinsapos cortados hace años por un explorador de montes a la antigua usanza que hasta después de hecha esta tala impremeditada  no se enteró de que las dificultades del transporte imposibilitaban en absoluto la salida de la madera; y asi fueron destruidos más de 15.000 árboles, que en su mayoría han sido posteriormente pasto de las llamas.". Las llamadas a la protección de estos bosques se sucedieron durante todo este siglo; en el año 1927 se publicaba en la revista de alpinismo “Peñalara” un artículo sobre la Sierra de Tolox, en el que se solicitaba para estas montañas la catalogación de Parque Nacional. Asociaciones, científicos que vienen por la zona y entidades locales de Málaga también se preocupan por la conservación de esta especie. Por fín  se empieza a proteger con eficacia primero el pinsapar de Grazalema que es declarado como parque natural en 1.984, después Sierra de Las Nieves en 1.989 también como parque natural y Los Reales de Sierra Bermeja que goza de protección como paraje natural.


  Comparando fotos del año 1.964 realizadas por M. Alvarez Calvente editadas en el libro “Gestión y conservación de los pinsapares andaluces” con la actualidad, observamos que el pinsapar está en franca expansión. Tambien espectacular resulta la comparación entre fotografias del libro de Barbey del año 1.925 y las actuales.
 Protegidos ahora por la administración medioambiental de la Comunidad Autónoma de Andalucía, los problemas que pueden afectar a estos bosques son el posible cambio climático a nivel global, los incendios forestales en alto grado y en menor medida los parásitos como el perforador.

 Propuesta:
 Los bosques de pinsapos han formado parte de la historia de Andalucía desde la formación de la estructura física de este territorio, su relación con los humanos a sido dificil pero actualmente está reconocido su valor científico lo que garantiza el interés en su supervivencia, aportan al paisaje andaluz una imagen de belleza única y diferente que pensamos debe ser reconocida con carácter oficial.
 Determinadas nacionalidades han hecho de algunos árboles sus señas de identidad.
 Argumentos de tipo medioambiental, social, histórico y de identificación con la formación del territorio andaluz tienen sufiente peso para proponer que este X Congreso de Andalucismo Histórico asuma como suya nuestra propuesta de que se reconozca como árbol andaluz al Pinsapo y se eleve a las más altas instituciones andaluzas como una de las conclusiones del Congreso.

 Bibliografía Básica.
- "La Sierra de Las Nieves: Rutas y Leyendas". Rafael Flores y Andrés Rodríguez. Editoral Miramar. 220 páginas. 1.997.
- "Descripción Geográfica y Geológica de la Serranía de Grazalema". Juan Gavala y Laborde. Boletin del Instituto Geológico y Minero de España. Tomo XXXIX Pag. 3-143. 1.917.
- "Viaje Botánico al Sur de España durante el año 1.837". Charles Edmond Boissier.
Traducción Francoise Clementi. Edita Fundación Caja de Granada. Universidad de Málaga. 1.995.
- "A través de los Bosques de Pinsapo de Andalucía". A Barbey. Traducción de Fernando Diaz del Olmo. Edita Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. 1.996.

Resumen:
Otras nacionalidades del estado español, consideran a determinadas especies arbóreas como signos de identidad con la misma o casi la misma categoria que sus banderas, asi ocurre con el País Vasco y su árbol de Guernica (un roble), con la comunidad de Madrid y el madroño (en este caso un arbusto) o Extremadura con la encina.
Se hace un recorrido por las características biológicas de esta interesante planta del grupo de los abetos y por los avatares históricos de los bosques de pinsapos. Una descripción que, a juicio de los autores, hacen totalmente justificable la propuesta final de la ponencia, que el Congreso eleve a nuestras autoridades políticas la propuesta de la consideración al más alto nivel del Pinsapo como Arbol Nacional Andaluz.

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