Estas
plantas son abundantes en ciertas zonas de la Serranía, siendo los
espartizales y palmitales más conocidos los de Parauta, Istán,
Ronda y Tolox.
La aparición de materiales plásticos ha hecho que la actividad
en torno al esparto y el palmito haya quedado relegada a un plano testimonial.
Hasta el primer cuarto del siglo XX se realizaron subastas por parte
de los ayuntamientos para la recolecta del esparto. Los objetos más
comunes que se elaboraban con esparto eran las alpargatas, los serones,
esteras y otros.
El esparto se recolecta de Julio a Septiembre y se puede trabajar verde,
seco o majado; del primero se realizaban cesterías y pleitas para
quesos. Si se han guardado gavillas para el resto del año y la fibra
esta seca, es necesario cocerla y remojarla durante dos semanas, la pleita
se obtiene de trenzar varios ramales.
La actividad tuvo cierta relevancia en Istán y Parauta, siendo
los habitantes de este último pueblo, expertos artesanos en estos
quehaceres. Actualmente se intenta recuperar esta actividad con la idea
de aprovechar la creciente demanda de artesanía rural.
Igual ocurre con el palmito, que se recolecta entre Junio y Agosto,
se deja secar al sol durante un mes, hasta que este listo, después
se blanquea en un bidón junto a un recipiente con azufre encendido;
posteriormente se corta en tiras de las que se sacan los ramales para hacer
pleitas; por ser un material más moldeable que el esparto,
se utiliza para hacer sombreros, soplillos para el fuego, seretes para
higos y pasas, etc.
Hemos de aplaudir la importante labor que realizan las escuelas taller
para la recuperación de éstas y otras tradiciones serranas.
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